Ventajas e inconvenientes de ser PAS

Todo tiene sus inconvenientes y ventajas. Y ser PAS no es una excepción. Pero ser PAS y vivir feliz y con satisfacción, puede exigir un trabajo interno importante y sostenido. Pero merece la pena. De verdad.

 

El mayor tesoro de una PAS es sin duda su capacidad para percibir el mundo sutil que nos envuelve. Su riqueza y profundidad interior, su capacidad para percibir la belleza, la naturaleza, la pequeñez del ser humano en el universo, pero a la vez la grandiosidad de su alma. Para sentir las emociones, el amor. Su humanidad y su capacidad de búsqueda de los ideales. Su capacidad de lucha, aunque sea por utopías irrealizables. Para levantarse cada vez que cae. Porque sabe que hay alguien que le entiende, que le escucha. Alguien que le espera. Alguien que le protege. Porque siempre hay un mañana.

 

La Persona Altamente Sensible tiene virtudes como las tiene cualquier otro ser humano, pero si sabe utilizar las ventajas de su alta sensibilidad, con seguridad, confianza, positivismo, solidaridad y amor, se sentirá fuerte y feliz.

 

Uno de los grandes inconvenientes de algunas PAS es su baja tolerancia a ruidos, luces u olores fuertes, especialmente si no son deseados o administrados voluntariamente, lo que demuestra que las consecuencias de un mismo estímulo de este tipo pueden variar en función de cómo lo procesa cognitivamente, significando que hay una capacidad para modificar el nivel de negatividad del impacto.

 

Otro de los inconvenientes es que pueden tener un umbral de dolor más bajo, por lo que pueden sentir más dolor que otra persona que no sea PAS. Sin embargo, sabemos gracias a diversas investigaciones, que el umbral de dolor puede modificarse con métodos de relajación, ya que cuanto más nerviosa está una persona, más dolor siente, y a la inversa, cuanto más relajada, menos dolor.

 

Otro de los grandes inconvenientes es que los trastornos emocionales tan comunes hoy en día, como la ansiedad o la depresión, pueden cebarse con las PAS, ya que su alta sensibilidad las hace más vulnerables.

Sin embargo, la ansiedad y la depresión pueden tratarse psicológicamente igual que en las personas no PAS, pero con la ventaja de que, si la PAS comprende y reconoce sus virtudes y recursos cognitivos, entonces contará con un aliado importantísimo, su propia capacidad mental, para revertir la situación y convertir un problema en una fortaleza que permitirá que cada día sea más fuerte emocional e intelectualmente, lo que disminuirá su vulnerabilidad futura.

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© José María Guillén Lladó