Las PAS en el día a día

El día a día de una Persona Altamente Sensible puede tener distintas intensidades y variantes, con muchos matices y una infinidad de sensaciones que, probablemente, harán que su vida sea de todo menos aburrida.

 

La percepción de los distintos estímulos que recibimos a diario se realiza mediante los distintos sistemas sensoriales que poseemos. Los Interoceptores informan sobre el estado de los procesos internos del organismo. Los propioceptores proporcionan información sobre la situación del cuerpo en el espacio, postura, movimientos y equilibrio. Los exteroceptores informan del ambiente externo, pudiendo ser estos receptores de contacto que nos informan de la presión, temperatura, sabor, o receptores a distancia, que permiten la visión, audición y el olfato. Y no nos olvidemos del llamado sexto sentido, la intuición. La información recibida será procesada en función de los estímulos en sí y de la capacidad receptiva de la persona, pero también de la atención, de la interpretación que se le atribuya y de las emociones que genere, de forma que el resultado final puede variar mucho sobre todo en esta última fase, en la que la persona puede modificar el proceso cognitivo. Y eso es lo que nos interesa: poder modificar cómo sentimos el día a día para mejorarlo.

<<Eres demasiado sensible>> ¿Te han dicho esto muchas veces? No tienes porqué renunciar a ser sensible, aunque si lo deseas puedes aprender a mostrarlo menos a quien no puede, o no quiere, comprender que precisamente lo que necesita el mundo es más sensibilidad y humanidad.

 

¿Intentas hacer tu trabajo con la máxima lealtad y entrega, procurando realizarlo con la mayor perfección posible, pero no te permiten trabajar tranquilo/a, te meten prisa, abusan de tu buena fe? ¿Te bloqueas, te desmotivas, te estresas y te irrita que tus jefes no vean la realidad...? Es un problema muy habitual. Si no puedes cambiar la situación, cambia la forma en que interactúas mirando de no cogerte las situaciones tan a pecho, que te impacten menos negativamente, y aprendiendo a fluir y a relajar tu mente.

 

¿Te preocupa mucho, demasiado, tu imagen, el qué dirán? ¿Te sientes inseguro/a? Eso les ocurre a muchísimas personas que no son PAS. Se debe a la presión generada por la alta competitividad y la superficialidad de la sociedad, posiblemente combinado con la inseguridad generada por los propios padres. Pero ya no eres un/a niño/a. Eres una persona inteligente, con recursos, creativa, madura. Eres otra persona y puedes superarlo.

Te sientes a menudo cansado/a, necesitas estar solo/a y recuperarte, necesitas un poco de silencio, de tranquilidad... El exceso de sobreactivación al que se puede ver sometido una PAS puede causarle una tensión añadida a su organismo y a su mente, de forma que la necesidad de retirarse a descansar y estar tranquilo/a para recuperarse puede ser algo muy lógico y habitual. Pero si a esto se le añaden unos hábitos alimenticios no muy saludables, los síntomas pueden entonces acentuarse y pueden provocar un cansancio extra que sí puede convertirse en problemas metabólicos y emocionales graves.

 

La alta sensibilidad no es una enfermedad, pero debe ser bien comprendida y aplicada adecuadamente para que no facilite comportamientos que sí pueden acarrear consecuencias negativas para la salud. Si queremos estar sanos y gozar de todo lo bueno que nos rodea, o de convertir lo negativo en positivo, debemos cuidarnos en el día a día.

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© José María Guillén Lladó